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sábado, 29 de octubre de 2011

CARLOMAGNO


Hoy es considerado, no sólo como el fundador de las monarquías francesa y alemana, sino también como el padre de Europa: su imperio unificó por primera vez la mayor parte de Europa Occidental desde la caída del Imperio Romano, y el renacimiento carolingio estableció una identidad europea común.
Aunque no existe descripción alguna de Carlomagno contemporánea al monarca francés, su biógrafo Eginardo ofrece una detallada visión de su aspecto físico en su obra Vita Caroli Magni. En el artículo 22 del escrito afirma:

Fue de cuerpo ancho y robusto, de estatura eminente, sin exceder la justa medida, pues alcanzaba siete pies suyos; de cabeza redonda en la parte superior, ojos muy grandes y brillantes, nariz poco más que mediana, cabellera blanca y hermosa, rostro alegre y regocijado; de suerte que estando de pie como sentado realzaba su figura con gran autoridad y dignidad. Y aunque la cerviz era obesa y breve y el vientre algún tanto prominente, desaparecía todo ello ante la armonía y proporción de los demás miembros. Su andar era firme, y toda la actitud de su cuerpo, varonil; su voz tan clara, que no respondía a la figura corporal.[13]
El emperador carolingio era conocido entre sus coetáneos por ser un hombre rubio, alto, corpulento y de cuello excesivamente grueso.

Carlomagno vestía la tradicional, discreta y ordinaria[15] vestimenta de la nación franca. Eginardo la describe así:

Vestía a la manera de los francos: camisa de lino y calzones de lo mismo, túnica con pasamanos de seda; envolvía sus piernas con polainas de tiras, y en invierno protegía hombros y pecho con pieles de foca y de marta.[13]
Gustaba de llevar una capa azulada, así como una espada, normalmente acabada en una empuñadura dorada o plateada. En los banquetes o recepciones de embajadores portaba imponentes tizonas enjoyadas. No obstante:

Los trajes extraños, por hermosos que fuesen, los desechaba, de modo que sólo una vez, a petición del pontífice Adriano, y otra a ruegos del papa León, se vistió la larga túnica y la clámide y usó el calzado a la usanza romana.[13]
En las festividades importantes portaba diadema y vestía ropajes bordados y enjoyados; en estas ocasiones su capa incluía una hebilla dorada. Sin embargo, Eginardo afirma que el monarca francés despreciaba la ropa ostentosa, vistiéndose comúnmente con arreglo al modo plebeyo. y un texto histórico sobre su coronación CORONACIÓN DE CARLOMAGNO (800) Ese mismo año (799), unos romanos emparentados al bienaventurado Papa Adriano, se amotinaron contra el Papa León y habiéndose apoderado de él, le vaciaron los ojos. No pudieron, sin embargo, cegarlo completamente ya que, llenos de piedad por él, le perdonaron. León huyó entonces donde Carlos, rey de los francos, que castigó duramente a los enemigos del Papa y restableció a este último en su sede: en ese momento Roma cayó bajo el poder de los francos, y así seguirá estándolo. En recompensa, León coronó a Carlos emperador de los Romanos en la Iglesia del Santo Apóstol, lo ungió con óleo desde la cabeza a los pies, lo vistió además con los vestidos imperiales y le impuso la diadema, el 25 de Diciembre, indiction IX (800). (Teophanes, Cronographia, Ed. Migne, Patrologie Grecque, t. CVIII, col. 952, en: Folz, R., Le Couronnement Impérial de Charlemagne, Gallimard, 1964, Paris, p. 282. Trad. del francés de José Marín R.)